miércoles, 7 de enero de 2009

En lo que va del tiempo


A través de los años, uno va conociendo gente que lo afecta de manera sentimental, entablando relaciones -algunas duraderas, otras efímeras- que van dejando en nuestro corazón sus huellas y sus enseñanzas. Esta es una breve y esperamos certera tipificación de Las Relaciones de tu Vida.
El primer amor
Tanto para el hombre como para la mujer, esta es una etapa altamente cursi y melosa: van y vienen chicles tutti frutti, osos de peluche, Beldents de menta y escapadas de la puerta del colegio. Gastan una fortuna en teléfono, ya que a esa edad parece afectarles una rara enfermedad, la de no poder cortar la comunicación. Se pasan la pelota, cuentan hasta tres, juran y perjuran cortar y siguen ocupando la línea como dos pelotudos, mientras la abuela, descompensada, está tratando de llamar a la emergencia del PAMI, que de por sí ya iba a tardar bastante. Sienten la extrema necesidad de tocarse entre ellos, pero no saben bien dónde. Entonces, viven frotándose y besándose con la boca abierta pero sin lengua en un principio, luego con más candor, y posteriormente se engarzan en lo que se conoce comúnmente como “HockeySub16 de Amígdalas”.
Tocar una teta es un posgrado, mandar mano en el papo es como sacarse el gordo de navidad y si la chica toca ganso, es porque es ciega y se equivocó de manija. La carga de la virginidad es muy pesada a esta edad, y ellas todavía creen en Papá Noel, el Hombre de la Bolsa y que los chicos nacen del ombligo. Menudo susto se van a llevar cuando el pibe la quiera meter donde corresponda.
Pasado el momento en que se frotaron toda parte del cuerpo, que conocen de memoria cada caries de sus adolescentes bocas, que no hay paja en el baño que ayude, se plantea la variable más coherente aseguir: el Pete.
En la gran mayoría de los casos, seguido del Pete viene la primera vez de ambos (véase apartado “La primera volteada”).
La primera volteada
La situación es inminente. Están más calientes que El Flaco Traverso cuando lo sacaron de la pista, más ansiosos que cura con monaguillo nuevo, más babeantes que lesbiana en pescadería; pero siguen teniendo varias complicaciones. En principio, conseguir lugar y forro. Si hay hermanos más grandes y copados, se hace fácil. Te regalan una caja entera, de la cual te queda sólo uno para la gran ocasión, porque los otros los rompiste tratando de probártelos en el pito; y arreglan unas minivacaciones parentales para que te quede la casa tranquila. Si no tenés hermanos mayores, andá poniéndote en adopción porque si no todo se hace cuesta arriba.
Llegado el momento, el pibe tiene toda película porno que vio grabado a fuego en la mente.
Sabe cada movimiento como una bailarina, y no puede esperar a ponerlos en práctica. La chica, por el otro lado, tiene un cagazo padre y no abre las gambas ni que le metas cricket. Van a pasar dos o tres veces hasta que se relaje, se lubrique y finalmente puedas ponerla. Eso, sin contar que todavía no aprendiste a ponerte el forro, boludón, y que ella no es una actriz porno, con lo cual andá olvidando la idea de tirarle los pibes crudos en la cara. Además, francamente, después de soportar esos petes inexpertos, rogando para que deje de masticártela y dejártela como un rallador, no te quedan ganas de jugar al pornostar. Si pasan esta primera prueba, probablemente vivan lo que se conoce como…
El noviazgo eterno
Se ponen de novios a los trece. Te los cruzás a los veintitrés y siguen en la misma nebulosa romanticona. Fueron la primera y única relación sexual del otro, con lo cual el pibe cree que todas las minas tienen olor a pescado y la chica cree que 14 centímetros “parada” es grande.
Ya practicaron hasta el hartazgo las dos posiciones que conocen; ya fueron a cuanto parque, plaza, excursión a quinta o a la costa de fin de semana existe; vieron todas las comedias románticas inalquilables de Blockbuster; las madres se conocen entre sí y se meten siempre cuando hay crisis de pareja; los padres charlan de pesca, habanos y vinos, y todavía ven con mala cara que la chica se quede a dormir en el mismo cuarto; atraviesan interminables asados, cenas, cumpleaños de sus respectivas tías Noras y vacaciones costeras; los amigos y amigas de la pareja los abandonaron por colgados y castrados hace mucho tiempo. Los ves y parece que ya tienen cuarenta años, una hipoteca y una deuda pesificada encima, perdieron su juventud marchitándose al lado de la misma persona, como si no hubieran sacado el cálculo de que todavía les queda mucha gente por conocer. Pero hey, es amor del bueno. El amor es tan fuerte que…
El casamiento de apuro
Embarazo. La chica tiene un atraso, que se convierte en nervios, que termina siendo lo inexorable: tiene la panza llena de huesitos. “Vos a mi nena no la dejás”. “Yo no quiero tener un hijo todavía, no me siento preparado”. “Y qué piensa hacer el señor? Hágase cargo, delincuente, que mi hija es una santa!”
Amenazado de muerte con el escopetón que yace cargado encima de la chimenea familiar, comienzan los preparativos de la Boda, Casorio, Cadena o como quieran llamarle.
El vestido que usó la madre en su casamiento, se lo tiene que meter en el orto porque la nena tiene un bombo digno de la Barra de Colon. Ella, feliz, vive en un limbo que sólo involucra compra de ropita carísima (¿por qué la ropa de bebé es tan cara, si usan un 10% de la tela que se usa en la ropa de los adultos?) y un moisés repujado en oro que tiene frigobar y GPS. El flaco, por el otro lado, vive en un limbo que involucra ahorrar los ochenta centavos del colectivo, comer polenta todos, todos los días y vender su riñón sano a la ciencia para devolver el préstamo que sacó para pagar el obstetra.
El divorcio prematuro
Lo que mal empieza mal acaba. Sí, el flaco acabó MAAAL adentro de la mina, tuvo el crío y ahora no soporta la falta de libertad, el capitalismo, el berreo del pendejo, los pañales cagados, las medialunas del Abuelo, las tetas caídas de la mujer, a Tinelli y al Diego, a Giordano, a Teté, a la noche, al glamour, a la puta de Nicole y a la no tan puta Valeria.
Siente que perdió parte de su vida, que quemó etapas, que todavía es joven y que no disfrutó lo suficiente: quiere el divorcio. De común acuerdo deciden separarse, con lo cual los dos andan con sendas libretita por toda la casa, contabilizando cuánto de todo eso queda en sus 50% de los bienes. “Quedate con la cocina y la heladera, dejame el televisor, el DVD y mi colección del Gráfico del Mundial 78.” “Me llevo el lavarropas y el secarropas, total jamás los vas a usar para otra cosa que no sea enfriar cervezas”. A partir de ese momento, pueden convertirse en una de esas parejas responsables que crían al niño como si aún estuvieran casados, que respetan los deseos del otro y que nunca hablan mal del ex cónyuge delante del hijo. O, pueden dejarle la prole a los abuelos y embarcarse en increíbles aventuras relacionales que involucrarán a los siguientes personajes ineludibles:
El gato/stripper de noche
Una vez divorciados, ambos ex integrantes de la pareja se reencuentran con sus amigos y amigas, que siguen transitando el camino de la adolescencia tardía. Así, asisten a locales de poca monta y moral, viendo desnudarse a criaturas bien dotadas y aullando como enajenados, mientras beben tragos cool y porrones de Stella Artois. Es el momento de recuperar el tiempo perdido, de conocer nuevos horizontes, de encamarse de lo lindo. Terminan despertándose en un telo de Palermo, borrachos y casi inconscientes, mientras la compañía sexual de turno reclama su pago y comenta, por lo bajo, que fue el sexo más básico que tuvieron en toda su vida.
Los hombres empiezan un hobby snob como inscribirse en el club del vino o hacer curso de navegación por correo; las mujeres se vuelven amargadas, irónicas y se relagan vibradores y lencería de leopardo para cada cumpleaños. Transcurrida esta etapa, cansados del reviente y del enfieste, se enredarán con una persona un poco menos volátil…
La loca hippona/El estudiante de Filosofía
Son profundos, místicos, tienen ángel, aura, pensamientos intrincadísimos y una nutrida biblioteca de clásicos marxistas. Son utópicos, no les interesa lo material (pero compran con tu tarjeta de crédito) y generalmente son los precursores del “cambio de mentalidad” de nuestra pareja tipo: cambian cabarulos y Vinicius por bares bolches en Palermo Hollywood, los inician en las drogas blandas, leen a Sartre y a Beauvoir y se sienten identificados, militan en la UBA y tienen una sarcástica pero juvenil visión sobre el mundo y su funcionamiento. Luego de bancar a estos seres por un año o dos, nuestra pareja tipo se cansa y los echa a la mierda, quemando pantalones de arpillera, collares de semillas y sahumerios de todo tipo en una gran hoguera exorcista. Es tiempo de buscar en otro lado…
La ejecutiva comehombres/El gerente de marketing
Y qué mejor lugar que el ámbito laboral. Es el momento de sacarse las ganas locas que siempre les tuvieron a su sensual jefa o a su atrevido gerente. Se manosean sin pudor por toda la oficina, se corren los rumores, se aumentan los sueldos, se ignoran por una semana y aquí no ha pasado nada. Cansados de la falta de compromiso y de proyectos, nuestra pareja tipo apuntará a la experiencia, a la información, a la sabiduría, al viagra y los lubricantes químicos…
La veterana/El maestro
Cincuentones asentados, que ya están de vuelta de todo, los acogerán en su seno y les enseñarán que no todo en la vida es descontrol y reviente. Comienzan una relación madura y sentida, que terminará sin lugar a dudas cuando el hijo de ambos llame “abuelos postizos” a sus respectivas parejas. Mantienen un acontecer asexual, cambiando el sexo en la mesada de la cocina por un curso compartido de decoración de baños, y se sentirán plenos por bastante tiempo, hasta que vuelve la conocida pregunta: “¿No me estaré perdiendo de algo? Tengo la mitad de su edad, podría ser mi padre/madre, y los pelos púbicos canosos son demasiado impresionantes”. Necesitan algo nuevo, algo nunca antes probado, necesitan…
La experimentación homosexual/La fantasía lésbica
Empieza la etapa de desprejuicio, del “todo vale”. Han pasado por tanta gente, que se preguntan si no será que en realidad le estuvieron pifiando al género. Así, acuden a locales específicamente creados para la comunidad homosexual, y experimentan un mundo totalmente nuevo para ellos. Algunos se quedan en ese mundo y son felices para siempre, otros tienen vértigo en la cola o celos de que la otra chica tiene mejores tetas, y vuelven a la heterosexualidad con una alta tasa de “amigos gay, amigas lesbianas, que son gente muy culta e interesante”.
La punta fija/El desahogo químico
Por último, les queda un as bajo la manga: la incondicional presencia de un amigo de la infancia o de una amiga de la secundaria con la cual nunca pasó nada, pero que echan chispas por los poros y con los que existe una química terrible. El reencuentro comienza con una cena íntima y recuerdos imborrables de los momentos pasados juntos, y termina cuando ambos se dan cuenta de lo obvio: no existe la amistad entre el hombre y la mujer. Luego, tienen una sesión del mejor sexo de sus vidas y empiezan una nueva fase. Puede durar lo que un pedo en un canasto de mimbre, o puede transformarse en lo que siempre anhelaron: una compañía fiel y perfecta con la cual envejecer juntos.
Cualquiera sea la etapa por la que están atravesando, todas dejan enseñanzas y hacen felices a las personas. Y de última, si no te va bien, siempre te podés comprar doce o catorce gatos y encerrarte en el baldío de la vuelta de tu casa, a vivir en solitaria reclusión.


pd: dedica a una amiga jajaja
pd2:se blda ya te dije
pd3:me qme el bocho
pd4: espero q les guste o si no vendo mi escroto por mercado libre


los quiero :)

2 comentarios:

  1. jajajajajajajajaja , no me podes hacer reir tanto damiaaaaaan ! no se de donde sacas esas ideas vos eh? bueno , espero verte pronto . haber si me decis cosas qe me hagan reir en vivo jajaja . Besos y cuidate :)

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  2. JAJAJAAJAJ SOS UN CAPO DAMIAN.
    GROSISISISISISIMO MAL. ESTAS DE LAS MALAS I VENIS LEES EL BLOG DE DAMIAN I LISTO TE CURASTE (?
    AJAJA TE CAGAS DE RISA VOS CON MIS CHISTES EH?
    UJAJA UAN BESO SOI MAR :p

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